Subió un poco su imagen y la de la gestión. También, las expectativas económicas. Cautela en la Rosada con los números.
Por Eduardo Paladini para Clarín.
Aunque la frase quedó asociada en modo «meme» a los pronósticos desacertados de la gestión Cambiemos, un alto funcionario del actual Gobierno nacional apela a la misma síntesis para describir el momento actual: «Y… Lo peor ya pasó». La charla con Clarín se da para discutir sobre la profundidad de un cambio coincidente en las encuestas de opinión pública. Tras largos meses de caída, noviembre marcó un repunte en los números de Alberto Fernández y su gestión. También en las expectativas económicas e incluso en las mediciones preliminares para la elección 2021. La duda es binaria: ¿se quebró realmente la tendencia o se trata de un alivio pasajero? ¿Lo peor ya pasó?
A modo de ejemplo, vale un repaso de tres datos del último sondeo nacional de Synopsis, una consultora creada en 2015 y que hace un monitoreo mensual de los principales variables de coyuntura. Entre octubre y noviembre…
– La imagen positiva del Presidente subió 1,6 punto (de 35,1% a 36,7%) y la negativa bajó 2,8 (de 55,1% a 52,3%).
– La valoración del «desempeño» del Gobierno pasó de + 32,7 y – 52,3% a + 35,4% y – 50,9%.
– Y, acaso lo más importante, mejoraron las expectativas económicas. «¿Cómo cree que será la situación dentro de un año?», viene preguntando la encuestadora. En octubre, un 61,2% respondió «peor», un 22,7% «mejor» y 11,5% «igual». En noviembre, la combinación fue 51,1% «peor», 25,8% «mejor» y 17% «igual».
Para el politólogo Lucas Romero, director de Synopsis, hay un «efecto dólar». «La encuesta de octubre se había hecho en el peor momento del blue y en noviembre, cuando bajó. Ya sabemos que la opinión pública es sensible a ese parámetro». En el estudio de esta consultora, el Frente de Todos también tuvo una suba en sus números de intención de voto para 2021 (de 33,2% a 35,3%).
Repuntes similares a los que muestra este estudio Clarín los confirmó en sondeos de otras firmas más cercanas al kirchnerismo duro, como Analogías; otras que tienen clientes de los dos lados de la grieta, como MOVE, o algunas que se especializan en la provincia de Buenos Aires; como Reyes – Filadoro.
Los informes coinciden en el trazo grueso general: después del pico de popularidad que alcanzó Fernández entre marzo y abril, comenzó una caída pronunciada y ahora se detuvo. En la mayoría de los casos, la ponderación del Presidente y su Gobierno está aún lejos no sólo de ese pico otoñal, sino también siguen por debajo del parámetro inicial, cuando el Frente de Todos asumió en diciembre.
«La percepción es que ya pasó lo peor. Es lo que transmite el jefe de Gabinete (por Santiago Cafiero) en algunas reuniones. Pero no cambió el ánimo, porque todo quedó atravesado por la carta de Cristina. Y eso genera clima enrarecido», describe un ministro a este diario.
El mismo funcionario agrega un dato que abre dudas sobre lo que viene: «Acá Guzmán (por el ministro de Economía) había dicho que el IFE 4 se pagaba, como un puente hasta diciembre. Y de pronto no se pagó y restringieron los gastos de los ministerios. Por más que tengas crédito, pusieron límites para ejecutarlo».
Sin especificarla, la interpretación generalizada es que los recortes forman parte de las señales de ajuste que el Gobierno busca darle al FMI para llegar a un nuevo acuerdo y postergar el pago de la deuda récord que contrajo la gestión de Mauricio Macri con el organismo.
Desde otra oficina, un ministro también transmite optimismo acotado. «Está claro que hubo una mejora, está rebotando la economía. Es algo desparejo, moderado, pero es un rebote», arranca ante la consulta de este diario.
En su análisis, incorpora un elemento sensible para la historia argentina: «Si bien el año fue durísimo, no hay razones para en desborde social en diciembre. El Estado no se corre de la ayuda».
La frase final se escuchará seguido en estas semanas. Pese al aumento de la pobreza y la pérdida que sufrieron los jubilados este año por la suspensión de la fórmula de movilidad, desde el Gobierno insisten en que el gasto social aumentará.
Un elemento central respecto al futuro, obviamente, es cómo siga la crisis por el coronavirus. «Hubo casos como Córdoba y Rosario, donde se venía recuperando la actividad, y ahora por el aumento de contagios se volvió a endurecer la cuarentena y eso pega en la economía», agrega un funcionario.
Otra fuente oficial, un secretario con despacho en la Rosada, apunta directamente a los tiempos de la vacuna: «Estamos en pandemia y es difícil saber si tocamos el piso. No está claro cómo seguimos. Si la vacuna llega en diciembre, seguro subimos. Pero no es lo mismo el verano con o sin vacuna».